Carta a los peregrinos

¡Hola a todos! Soy Sergio de Diego, de Alicante, soy el segundo jefe de NSC-E, y tengo algo que contaros MUY IMPORTANTE para todos vosotros de cara a la V Peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad – España.

Llevo peregrinando desde la segunda edición, y si os soy sincero, en ese momento no conocía a ninguno de los organizadores. Es más, cuando me apunté no sabía que la misa se podía decir en latín. Por tanto, como podréis imaginaros, mi vida desde entonces cambió sustancialmente, y mi implicación con la peregrinación también. Aunque esto último no estaba en mis planes…

Hace un año y medio una amiga, que sí que era de la organización, me pidió que por favor ocupara el puesto de Jefe de Familias. Yo no quería implicarme, porque lo que yo quería era hacer la peregrinación: caminar y sufrir cada kilómetro, rezar, conocer la historia de alguien nuevo, estar con todos vosotros sufriendo, en fin, lo que ya sabéis… Y aparte, menos aún quería ser voluntario en un puesto de tanta responsabilidad. Pero en atención a la necesidad e importancia del asunto, hice una pequeña renuncia y dije que sí.

Efectivamente no caminé. Sin embargo, no fue menos peregrinación y me di cuenta de que peregrinar como voluntario era ser partícipe en la construcción de un pequeño pueblecito cristiano, una pequeña pero verdadera comunidad cristiana por tres días. Cuya norma principal de convivencia es entregarse a Dios y a los demás sin medida, y esto último especialmente para aquellos peregrinos que se unían como voluntarios. En definitiva, me di cuenta de que ahora trabajaba para un bien común mayor al propio y que era algo muy superior a mí… Y eso llenó enormemente mi corazón.

Os cuento todo esto porque quiero animaros a TODOS a que abracéis esta propuesta: la de amar sin media, entregarse a Dios y a todos, sentirse con la íntima satisfacción del deber cumplido donde sólo Dios nos ve: en lo escondido, quedarse exhausto al final del todo y ver que has sido copartícipe en hacer posible que muchas almas queden plenas y llenas del amor de Dios. Os propongo peregrinar y hacer voluntariado.

Deciros que no están los voluntarios y por otro lado los que peregrinan. Todo lo contrario, están los peregrinos que caminan, y los peregrinos que ponen a disposición sus humildes talentos y potencias, que por humildes que sean, son la lluvia que moja la tierra quemada, que calma el fuego abrasador, y que alivia al peregrino caminante.

Deciros que si algún día España da la vuelta será por Dios, y creo ciegamente que esta peregrinación, que no deja de sembrar vocaciones en nuestra amada tierra española, será un catalizador fundamental en la obra de Dios. En esta tarea todos participamos, pero especialmente participan aquellos peregrinos que hacen que este instrumento de Dios sea materialmente posible.

Deciros que la mies es mucha, y los operarios son pocos, no os voy a engañar. Pero Dios nos dará la fuerza que necesitamos para dar el fruto del 101%.

En fin, queridos peregrinos… Ánimo, ¡que la peregrinación está ya a la vuelta de la esquina! Armaos de valor, y animaos a peregrinar poniéndoos al servicio de esta pequeña comunidad cristiana. No os arrepentiréis.

Finalmente, la Organización os reconoce que no tendremos lo suficiente para tan noble y gallardo servicio de valor infinito, pero sabed que os ponemos en nuestras humildes oraciones, para que Dios Padre mire vuestras buenas obras con buenos ojos, y os sean tenidas en cuenta para adelantar el tesoro en el Cielo, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo, y la intercesión de su Santa Madre María.

Nos vemos pronto, si Dios quiere, camino a Covadonga a ver a la Santina un año más.

Qué Dios os bendiga.

Sergio de Diego