Capítulo «Ángeles de la Guarda»
Los «ángeles de la guarda» son todos aquellos que, no pudiendo estar físicamente presentes los tres días de la peregrinación, quieren realizarla espiritualmente. Muchos desearían realizar la ruta pero no tienen la posibilidad por distintos motivos: enfermedad, edad, obligaciones profesionales, distancia, etc.
¿Cómo ser peregrino desde la distancia?
La Iglesia nos enseña que, dentro de la comunión de los santos, «ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni ninguno muere para sí mismo» (Rm 14,7). «De esta suerte, si padece un miembro, todos los miembros padecen con él; y si un miembro es honrado, todos los otros a una se gozan. Pues vosotros sois el Cuerpo de Cristo y (sus) miembros parciales» (1 Co 12, 26-27).
El menor de nuestros actos hecho con caridad repercute en beneficio de los demás miembros. Además, unidos a Cristo, «podemos merecer en favor nuestro y de los demás gracias útiles para la santificación, para el crecimiento de la gracia y de la caridad, y para la obtención de la vida eterna» (CIC 2010).
Así, por la comunión de los santos, las oraciones y los sacrificios realizados por los «ángeles de la guarda», donde quiera que estén, y unidos por la caridad a Nuestro Señor Jesucristo, merecerán nuevas gracias para la columna de peregrinos mientras que, recíprocamente, aquellos ofrecidos por los caminantes atraerán las gracias de la peregrinación para los «ángeles de la guarda». Esta reciprocidad hace de los «ángeles de la guarda» verdaderos peregrinos a Covadonga.
¿A quiénes está dirigida la invitación al capítulo de los «ángeles de la guarda»?
Está dirigida a todos aquellos que no puedan estar físicamente presentes los tres días de peregrinación.
Los «ángeles de la guarda» incluye a religiosas y religiosos, enfermos, personas que por su edad no pueden recorrer el trayecto… En resumen, todos aquellos a quienes retiene su deber de estado o se ven impedidos por su condición física.
¿Por qué hacer la peregrinación de los «ángeles de la guarda»?
En estos tiempos en los que el catolicismo es atacado tan directamente, urge aumentar e intensificar la oración y el sacrificio. Las oraciones de los «ángeles de la guarda», unidas a las de la columna de caminantes, subirán al Cielo implorando misericordia, intercediendo por la Iglesia y por nuestra sociedad, convirtiendo los corazones y las almas, y las gracias de la peregrinación recaerán sobre todos.
¿Cómo hacer la peregrinación de los «ángeles de la guarda»?
Los «ángeles de la guarda» peregrinos tendrán compromisos simples, claros y adaptados a su situación: rezo diario del Santo Rosario (u alguna otra devoción mariana), y tiempo de meditación (para la cual proponemos seguir las meditaciones del Libro del peregrino), a los que podrán agregar, en función de las posibilidades de cada uno: Misa, confesión, alguna obra de caridad o acto de reparación, etc. Además, en el formulario que aparece al final de la página, puede reservar una o más horas de oración en las que se comprometa a rezar por la Peregrinación durante el transcurso de esta.
Los «ángeles de la guarda» recibirán en su correo electrónico el Librito del peregrino, y así podrán leer las mismas meditaciones que los caminantes. Rezarán por las intenciones de la peregrinación y, recíprocamente, pueden confiar sus intenciones a las oraciones de los caminantes.
Localmente, podrán por iniciativa propia reunirse para rezar juntos, ya sea en una iglesia o bien en sus casas.
Si lo desea, puede colaborar con una ayuda económica.