"Malleus maleficarum": martillo de las brujas

P. Javier Olivera Ravasi, SE

Publicado originalmente el 12 de enero de 2018.

Quien quiera que haya leído algo acerca de ese tribunal misericordioso (modo ironía off) que fuera el tribunal de la Inquisición, se habrá topado con el bulo del famoso “Malleus maleficarum”.

¿Qué se dice habitualmente? Pues que,

“el Malleus Maleficarum era la guía detallada y precisa de cómo la Inquisición torturaba y mataba a las brujas”.

¿Era así?

  1. Sus autores

El Malleus fue escrito principalmente por el P. Heinrich Kramer, sacerdote dominico, bajo la colaboración de Jacob Sprenger, también de la misma Orden; ambos inquisidores en Alemania a finales del siglo XV.

Kramer era un hombre poco respetado por sus pares. Su puritanismo y sus opiniones acerca de la brujería eran consideradas extremas por la mayoría de sus contemporáneos. Basta con poner un ejemplo: en 1485, luego de realizar en Innsbruck una investigación acerca del comportamiento sexual de cincuenta y siete brujas, el obispo local decidió cerrar las investigaciones diciendo que el diablo estaba más en el inquisidor que en las mujeres investigadas…

Dos años después Kramer escribió el Malleus maleficarum con el fin de ganarse la confianza de sus pares. Acudió a la ayuda de Sprenger para evitar firmar el libro solo. Vale decir de entrada que el libro no es, como algunos suponen, una guía de lo que la mayoría de los cristianos del siglo XV creían acerca de las brujas. Se trata más bien de una opinión exagerada y minoritaria, escrita para convencer a la población en general de los peligros de la brujería.

  1. El “apoyo” de la Iglesia

El Malleus circula habitualmente junto a dos documentos: una pequeña recomendación de la Facultad de Colonia y una bula papal titulada “Summis desiderantes”, del Papa Inocencio VIII.

Comencemos por la bula: se trata de una condena redactada en 1484 contra quienes impedían el trabajo inquisitorial de Kramer y Sprenger, nombrados por Roma en el norte de Alemania. Allí, el Papa advertía no sólo contra la superstición, sino también contra los abortos, las violaciones, los hechizos y las corrientes puritanas que negaban el legítimo uso de la sexualidad dentro del matrimonio…

Resulta importante recalcar que la bula está redactada tres años antes de la edición del Malleus (1487), por lo que mal puede ser un “apoyo” papal al libro.

En cuanto a la recomendación de la universidad de Colonia, se trata de una simple falsificación. Cuando el texto del Malleus se terminó de escribir, Sprenger lo presentó ante la Facultad de Teología solicitando su aprobación. La Inquisición condenó rotundamente el libro diciendo que los procedimientos legales recomendados allí no eran, ni éticos ni legales, y que su demonología no era compatible con la doctrina católica. A pesar de todo, Kramer decidió insertar cuatro firmas falsificadas por lo que, posteriormente, fue enjuiciado y condenado por la misma Inquisición, en 1490.

  1. El impacto del Malleus

La mayoría de los tribunales de la Iglesia despreciaron la obra. Sin embargo, varios tribunales civiles (que prontamente se volverían protestantes, a no olvidarlo) lo tomarían como guía para el enjuiciamiento de las “brujas” en los países de Lutero, Calvino y el incontinente Enrique VIII. Se entiende entonces por qué, según Henningsen[1], estudioso de los archivos de la inquisición española, durante la Edad Moderna fueron quemadas unas 50.000 brujas distribuidas de la siguiente manera: 25.000 en Alemania, 4000 en Suiza, 1500 en Inglaterra y 4000 en la Francia jansenista.

¿Y en España?

Sólo veintisiete…

Basta de machaque entonces.

Que no te la cuenten…

BONUS TRACK: para quien lo desee, dejo el siempre recomendable documental sobre la Inquisición española que “se le escapó” a la BBC en 1994. Para verlo, hacer clic AQUÍ.

[1] Gustav Henningsen, El banco de datos del Santo Oficio. Las relaciones de causas de la Inquisición española, Madrid, 1977 (cfr. María Elvira Roca Barea, Imperiofobia y leyenda Negra, Siruela, Madrid 2018, 284).

PUBLICADO EN EL BOLETÍN «COVADONGA» Nº12 – SEPTIEMBRE 2022